sábado, 16 de octubre de 2021

Lección 39, Primer Grado, Primera Orden

 Primer Grado Primera Orden "Celador":

Testimonio de un viejo estudiante I


En el ámbito rosicruciano realizar un testimonio de proceso y estado es algo muy complicado, pues al haber pasado por diversas instituciones, la última en la que te encuentras puede felicitarse por dicho testimonio; pero aquellas por las que pasaste pudieran sentirse ofendidas.


En esto de la búsqueda interior comencé con diecisiete años de edad, integrándome en una Comunidad Evangélica interdenominacional. Digamos que la Tradición Evangélica, procedente de Estados Unidos, está más vinculada con el Calvinismo que con la Iglesia Luterana o la Presbiteriana (Anglicana en Inglaterra) 


Allí, durante las mañanas dominicales, en la escuela, preparada a modo de catequesis, nos empapábamos de exégesis bíblica y yo, por mi cuenta, profundicé en todo lo relacionado con las profecías y sus interpretaciones.


Por un conflicto de intereses con el viejo y cascarrabias pastor, que en paz descanse y Dios lo tenga en sus gloria, lo mandé literalmente a la mierda y me fuí de la Iglesia quedando un tanto huérfano. El conflicto es que me solicitaba el diezmo y por no darlo, se negaba a bautizar a mi novia de entonces, con la que no tuve otro remedio que casarme por lo civil. Además se negó a facilitarme el acceso a los estudios bíblicos necesarios para capacitarme como Pastor o Predicador evangélico.


En cualquier Iglesia, sea la que sea, puedes seguir siendo una oveja por el resto de tus días; pero si quieres ser algo más debes de implicarte y eso, no significa otra cosa que dar el Diezmo y que no es otra cosa que la décima parte de los ingresos brutos ingresados mensualmente. En aquella época era auxiliar de laboratorio en un estudio fotográfico y mi sueldo era literalmente miserable e insulso.


En realidad llamé al pastor Don Ramón, asturiano por más señas, de todo menos bonito y desde entonces no he vuelto a tener relación alguna con la Iglesia Evangélica. Los amigos y hermanos de entonces, como suele suceder en estos casos, desaparecieron de mi vida y no volví a saber de ellos. Bueno, algún conato realicé algún tiempo después, en León, con una Iglesia de los Hermanos; pero no resultó.


Bien, ya con las peras bien rotas, recordé algo relacionado con los rosacruces y que había leído en un post publicitario de la Revista Mundo Desconocido. Les escribí solicitándoles el librito el Dominio de la Vida. Lo estudié minuciosamente; pero en aquella época no podía costear mi admisión y pertenencia en la AMORC. Estaba casado, tenía un niño, vivía en casa de mi suegro y mi salario era el básico de un Oficial de tercera electricista 


Por ahí no pude comenzar hasta que en mis manos calló un pequeño folleto, en español, de la Rosicrucian Fellowship que en aquel entonces poseía un buen Grupo en la Calle Mayor número 13 de Madrid. Sí, justo donde ahora se encuentra la Logia Rosacruz de Martín Velayos y donde estaba la relojería de Don Enrique Busian.


Allí conocí a gente muy, muy maja que, por edad, desgraciadamente ya no existe y a algún otro con un ego sobre inflado y que era, por posición económica, el encargado de financiar el arrendamiento del local donde estaba situado el pequeño Templo. Mientras estudiaba los cursos de la fraternidad Rosacruz, también me hacía con todos su libros, los cuales leía con gran fruicción.


Con el paso de los años se me concedió, democràticamente, el Cargo de Presidente; pero, en realidad, un Presidente sin poderes, pues quien se ocupaba de pagar el alquiler no paraba, desde que se jubilarse, una y otra vez de meter mano como si todo aquello fuera de su única propiedad. Así, al menos lo sentía dicho Señor. Evidentemente abandoné el cargo, dado que no podía permitir las intromisiones y seguí por mi cuenta. Durante aquel tiempo pasé por Estudiante Preliminar, Estudiante Regular, Estudiante probacionista y Discípulo, trabajando con los Hermanos Mayores como Auxiliar Invisible.


El Hermano Mayor me encomendó el trabajo de hermanar a los grupos rosacruces dispersos y que parecían moverse de un modo anárquico como si la Rosacruz no fuese una sola cosa. De ese modo me puse en contacto, primero, con el Lectorium Rosicrucianum y después con AMORC. En AMORC, un Amigo del Maestro Nicolás, de la Logia Columbus de Madrid, Alberto Martínez Lacacy, uno de los sobrinos del general Lacacy, amigo del Rey de España y que ayudó a abortar el conato de golpe de Estado del 11 de febrero, me introdujo en la Masonería Regular de la Gran logia de España en la que permanecí durante cuatro años consiguiendo los tres grados simbólicos así como el del ARCO REAL DE JERUSALÉN


Bueno, en esa tarea ecuménica nos encontramos desde entonces, primero desde el interior de las organizaciones y, ahora, mediante Internet desde afuera. Son muchos años ya los que llevamos en esto y aunque parezca que a veces somos demasiado severo, mi espíritu ecuménico de amor y concordia sigue siendo el mismo que el del primer día aunque algo más viejo.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C