viernes, 15 de octubre de 2021

Lección 15, Primer Grado, Primera Orden

 "No hay error en la percepción de los planos internos; pero sí, en nuestra transmisión de dicha percepción"


-Lo observado, degenera al intentar ser manifestado-


Existen muchos, autoproclamados, gurús, maestros, doctores y profesores que dogmatizan acerca de sus presuntas experiencias en los planos internos, detallando con gran precisión sus experiencias y denominándolas con una jerga ya conocida o de nuevo cuño.


Desde antaño, los navegantes por el Mundo Espiritual siempre manifestaron sus experiencias, en dicho Plano, mediante símbolos gráficos y analogías alegóricas con el fin de, explicarlas en algún grado; pero jamás tuvieron la osadía de sentar cátedra sobre algo que sabían era imposible de transcribir a los lenguajes escrito o hablado.


Hoy nos encontramos con una importante cantidad de gente que se publicita como experta en casi todos los ámbitos de la espiritualidad, impartiendo cursos de casi cualquier cosa, desde angelología a "Espiritualidad Cuántica", váyase usted a saber de qué se trata y, desde artes adivinatorias a cómo leer los archivos Akashicos y hasta de realizar viajes astrales, canalizar o activar la glándula pineal. Ojo, y nada de ello gratis, por cierto, a pesar de tratarse de una imposibilidad, el intento de transmitir lo aprendido, supuestamente, en los planos internos, del único que nos puede enseñar, el Maestro Interno.


A lo sumo que podemos llegar, es a orientar, de forma no dogmática, a mostrar a otros las claves que a nosotros nos sirvieron para llegar a la verdadera Iniciación en los planos internos. Esto es así, porque cada camino es individual y solo puede ser transitado por uno mismo. 


Llevamos años indicando a quienes nos siguen que no nos gusta que nos llamen Maestro; de hecho, no somos Maestro de nada; pero bueno, al final termina uno claudicando y respetando la opción, de cada cual, a que nos denominen de la manera que mejor estimen, siempre y cuando no sea de una forma ofensiva.


Ya nos gustaría poseer la capacidad para transmitir, mediante el lenguaje simbólico, aquello que ha supuesto, nuestras experiencias en los planos internos; pero, reconociendo nuestra deficiente virtud, en tales menesteres, es por lo que usamos el lenguaje llano, cuya facilidad para su uso, siempre, dicho don, desde muy chico, nos fue otorgado.


Es un error grande entender nuestros escritos desde un punto de vista pragmático, como también lo fue el hacerlo con los del Maestro Steiner que, aún siendo un Gran Maestro y divulgador de lo acontecido en los planos internos, pecó de una gran ingenuidad. Pocos, muy pocos, son los que entendieron perfectamente a Rudolph Steiner en su intento de transmitir aquello que observaba gracias a su clarividencia y, sin embargo, son legión aquellos que se han quedado con sus palabras vacías. Esos son los que lo acusan de fantasioso, charlatán y hasta de loco, por haber expresado cosas por escrito que no todo el mundo estaba preparado para comprender. Al final, todo pareciera haber quedado relegado al mundo de la Fantasía.


Nosotros no podemos decir, esto es así y no de aquella manera. No estamos, ni estaremos nunca, en condiciones de dogmatizar e indicar que esto es de un color blanco puro o aquello de un negro inmaculado. No se puede, y reconocer ese principio innegable es fundamental a la hora de intentar transmitir el mensaje más simple y que venimos repitiendo de mil y una manera para que se nos entienda, a saber:


Yo no soy maestro de nada, entendedme bien. Yo no os puedo indicar cuál debe de ser vuestro camino ni cuáles son las cosas que debáis o no de realizar. Solo os puedo transmitir que, ciertamente hay un Camino, personal e individual para cada uno, que ese Camino nada tiene que ver con la realidad exterior sino con la realidad particular de nuestro Interior. Que la única Iniciación efectiva es la Interna y consiste en viajar hasta lo profundo de nosotros mismo y descubrir al Maestro Interno, el único posible y que nos abrirá la puerta de la Biblioteca donde se encuentran archivados nuestros ancestrales recuerdos.


Entre tantas palabras vomitadas por nuestra boca y mano, alguna habrá que os ayude a iluminar vuestros singular Camino con el fin de llegar a vuestra Verdad. El que yo os diga que las cosas son de ésta manera o de aquella otra, solo os serviría para confundiros el camino a seguir.


Es importante el que tengáis bien claro que, por mil y un cursos que hagáis con mil y un seudo maestros, jamás llegaréis a alcanzar vuestro Camino por dichos medios. Está bien ser agradecidos con aquellos cuyos consejos os pudieron ayudar a encontrar vuestra Vía del Conocimiento; pero hasta ahí, y ya está.


Solo existe un único Maestro, y ese es Christos, que se encuentra en el interior de todos y cada uno de nosotros. ¿Como es eso posible?, algunos se preguntarán; acaso Christos ¿está dividido en una multitud y cada uno llevamos una porcióncita de él en nuestro interior?. En modo alguno. Christos es una Unidad, Universal, que se encuentra indisoluble y como un solo Ser en todos y cada uno de nosotros, porque Christos, nuestro Ser Interior, es una Entidad multidimensional y absoluta que puede, de hecho lo está, presente en cada partícula del éter del Multiverso. Sí, Christos Dios está integró en mí; pero también en tí y en todos. De hecho, lo está en todas las cosas.


Explicar todo esto con palabras es complicado, si no imposible y es por ello que usemos tantos y variados recursos en intentar explicar aquello que resulta inexplicable; pero nunca se nos olvida decir que, en modo alguno, nos encontramos en posesión de otra verdad que no sea la nuestra, la particular, la singular, personal e intransferible.


Aralba Pensator Minister, Frater R+C