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lunes, 18 de octubre de 2021

Lección 56, Primer Grado, Primera Orden

 Primer Grado Primera Orden "Celador":

Testimonio de un Viejo Estudiante XVII


La Ley Rosacruz de Causa y Efecto


¿Reencarnación, Renacimiento, Destino o un conjunto de las tres?


En un 99 por ciento de los casos, los grupos rosacruces utilizan el término hindú Karma, desde hace poco más de cien años, para referirse a la Ley de Causa y Efecto.


Respetando este hecho incontestable, no nos queda otra que puntualizar que el término karma jamás fue utilizado en la Tradición Esotérica de Occidente y, no se menciona, como tal, ni en los escritos rosacruces fundacionales, ni en el Cristianismo tradicional, ni tan siquiera en la Gnósis o el Hermetismo Egipcio. Si existiera algo así, hágannos caso, se trataría de una traducción inapropiada.


El concepto de Karma fue inventado por los arios que invadieron la India, como el basamento fundamental de su Sistema de Castas para controlar y domeñar al pueblo Hindo-europeo invadido. El Karma significaba para ellos un impedimento para subir de escalón en el Sistema de Castas, desde Shudra a Brahmán; por lo tanto, era un requisito el ser obediente y disciplinado; además de cumplir con las normas establecidas para no crear karma nuevo y, así, tener más oportunidades, en una vida futura, de llegar a ser algún día un Brahmán bronceado y de ojos azules en lugar de un paria andrajoso de ojos marrones y piel tostada.


El Concepto Budista de Renacimiento es mucho más apropiado y se acerca más a la Tradición Esotérica Occidental. Mientras que el Karma puede ser un subproducto de supuestas vidas pasadas y, por lo tanto, se entiende que el Alma Personalidad no desaparece; en el Renacimiento Budista, no hay rastro alguno de dicha entidad que quedó eliminada, completamente, en la vida anterior del Espíritu. Por lo tanto, no podemos hablar de Karma, en el sentido en que se interpreta en Oriente y sí de una Ley de Causa y Efecto que posee su origen en el Destino particular de cada uno.


Pero ¿qué es el Destino? El Destino, sí es un término utilizado, con profusión en la Tradición Esotérica de Occidente y significa lo que ya está escrito; es decir nuestra Vida, antes de nacer, ya está escrita a modo de reseña o argumento; pero existiendo libre albedrío para modificar los detalles de dicho guión. 


¿Como se produce el Destino?


Tras su paso por un Nacimiento, el Espíritu toma de la Memoria de la Esfera Reflectora, registros Akhásicos o memoria de la Tierra, todos esos datos y escribe una historia para que se desarrolle en una próxima manifestación de Vida o Renacimiento; es decir, decidirá si algunas experiencias anteriores fueron incompletas y necesita que se repitan totalmente o en parte. Ese es el origen verdadero de lo que se conoce, de forma errónea, como karma de vidas pasadas.


El Espíritu no está condicionado por ningún Karma y las personalidades anteriores ya no existen. El Espíritu tan solo condiciona sus futuras experiencias por sus necesidades de experimentación particular. Él, antes de renacer, en su Morada Celeste, escribe sus necesidades experienciales y las graba en una suerte de conato de nueva Alma Personalidad. Esta, estará capacitada para poner en marcha nuevas causas que podrán modificar en parte los efectos producidos por las causas escritas en nuestro Destino. Esa iniciativa, fruto del Libre Albedrío, se conoce por la Tradición Occidental como Epigénesis.


A modo ilustrativo os pondré un ejemplo de todo ello.


Imaginaos un Río que transcurre desde una Alta montaña por una ladera hasta llegar a un valle que, durante los años ha sido habitado por el hombre, construyendo una densa población. El Destino del Río está escrito por su origen curso y final en algún lago o mar.


De tarde en tarde, tiempo demasiado grande para la memoria humana, el río, por lluvias torrenciales sin perder su cauce se desborda produciéndose daños y muertes entre la Población.


Imaginemos que el origen del Río se encuentra escrito en el Pasado y por lo tanto no podemos acceder a él. Entonces, si no podemos intervenir y modificar el cauce desde el origen, no nos quedará otra que canalizar el río, desde nuestro presente, y cambiar su cauce para evitar futuras inundaciones. A eso se lo llama como epigénesis y que es lo único que puede realizar un Alma Personalidad en su vida presente.


Los casos de supuestas reencarnaciones son meras ilusiones producto de haber accedido a la Memoria de la Naturaleza de la Esfera Reflectora y donde se encuentran grabados, a la milésima, todos los acontecimientos de las vidas presentes y pasadas de la humanidad.


Si deseamos seguir utilizando el concepto, de Karma y Reencarnación sigamos utilizándolos; pero siendo conscientes de que en la Tradición Occidental poseen un significado mucho más profundo y justo que el dado por sus creadores Brahmanes para controlar la ignorancia de un Pueblo invadido.


Cuando venimos a este Mundo, no traemos lastres de otras vidas sino experiencias a resolver y que nuestro Espíritu previamente escrbió. No estamos aquí por puro azar, ni como consecuencia de lo bueno o malo que podamos haber realizado en vidas anteriores sino porque nuestro verdadero Ser Interno quiso tomar, en la actual, unas experiencias concretas y no otras.


En nuestra Alma Personalidad actual está que esas experiencias sean disfrutadas como una gran bendición o sufridas como una maldición; pero debe de quedar claro que, en última instancia, solo nosotros somos responsables de lo que nos sucede y no debemos de echar la culpa a nada ni a nadie. También poseemos esa epigénesis o facultad de cambiar nuestro entorno más cercano para que esas experiencias, aún duras, puedan ser disfrutadas y no ser recibidas con sufrimiento y dolor.


Para terminar decir que no hay nada por lo que preocuparse pues ni la memoria de las almas personalidad, disfrutadas por su Espíritu, se pierden sino que quedan registradas en la memoria del Cosmos; eso sí, habría que decir que solo la última encarnación será meritoria de ser utilizada por su Espíritu como definitivo vehículo de manifestación,a futuro, en los planos de manifestación.


De ahí aquello de "el Alma que pecare morirá" y "aquella otra que diera su vida por mí (aquí habla el Espíritu) será salvada"


"Porque el que quiera salvar su vida, la perderá; pero el que pierda su vida por causa de mí, la hallará" (Mateo 16:25)


Aralba Pensator Minister, Frater R+C